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Las Drogas Virtuales

“Cuando más logra usted aumentar el miedo a las drogas y el crimen, las madres desamparadas, los inmigrantes y alienados, más controla a toda la gente.” 

Noam Chomsky

La globalización ha hecho que ciertas cosas que antaño eran difícilmente alcanzables, ahora se hayan democratizado y estén casi al alcance de cualquiera. De la misma forma que internet, por ejemplo, ha acercado la información a todo el mundo, también la tecnificación ha permitido que prosperen y sean muy accesibles las Drogas Virtuales.




Drogas virtuales, también conocidas como drogas digitales o drogas auditivas, que sin llegar a ser estupefacientes, pueden ser peligrosas para el cerebro, e incluso se consideran entre los riesgos del actual escenario digital y el uso de las nuevas tecnologías.

Archivos de audio que buscan recrear las sensaciones que generan algunas drogas en el cerebro, son las llamadas drogas virtuales. De esta forma, el cóctel auditivo promete estimular el estado mental y causar euforia, relajación, sueño o alucinaciones, dependiendo del archivo que se elija.

No es música, sino sonidos binaurales, es decir, tonos con frecuencias diferentes para cada oído, los cuales afectan las ondas cerebrales provocando cambios de estado de ánimo y de comportamiento.

Tampoco se presentan regularmente en la naturaleza, pues se producen por medios digitales o por efecto de algunas máquinas. Lo que provoca reacciones diferentes es que llegan al oído con distintas frecuencias y por eso se deben escuchar con audífonos.

Este ultimo tiempo se ha experimentado mucho con este tipo de softwares, y se ha observado que pueden reproducir ciertos efectos de las sustancias psicoactivas. Una de las drogas virtuales más conocidas es el I Doser. Esto consiste en un programa virtual que se descarga de internet y que produce una serie de sonidos que crean efectos en el cerebro humano que se asemejan a los que sienten cuando se consume una sustancia alucinógena.

Dejando de lado lo lícito que puedan resultar este tipo de programas, si los efectos que prometen son ciertos, un programa así puede generar dependencia psicológica, y se estaría lucrando con una adicción. Es lo mismo que hacen los traficantes con las drogas reales. ¿Dealers virtuales? Si no es así, no estamos muy lejos de que eso suceda.